Revista de Attos

Volúmen #10, abr/2005

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Immanuel Velikovsky

No Es Sólo Teoría

Por Attos


El efecto sobreunitario no es sólo teoría. En este artículo describo al menos un artefacto que me consta que funciona sobreunitariamente y que además fue probado por el laboratorio de Ingeniería Mecánica del Instituto Tecnológico de Mexicali, en donde se corroboraron las mediciones hechas en mi laboratorio.
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De toda la correspondencia que ha llegado a mí, hay una que me ha llamado la atención especialmente. Creo que lo ha hecho al haber tocado una fibra sensible: la razón de ser de esta revista. El mensaje al que me refiero pregunta si acaso he vivido de primera mano la experiencia de atestiguar la existencia de algún sistema sobreunitario o que al menos pertenezca al campo de la energía libre pero que realmente funcione.

La pregunta me ha parecido muy atinada y prudente. Yo mismo me he hecho la misma pregunta acerca de otros autores de algunos libros y algunos sitios en internet. Me he preguntado si acaso ellos han tenido alguna experiencia de primera mano. Si acaso han hecho experimentos. Si han encontrado algo, lo que sea, pero algo en concreto. Y es que pareciera que el tema de la energía libre se ha hecho muy popular últimamente. Algo parecido a lo que sucede con las modas. De repente todo el mundo quiere estar a la moda y luego, sin que nadie lo note, se esfuman tan rápido como vinieron.

Yo no sé si esto sea una moda. Quizá así lo sea, y yo y mi esfuerzo por publicar esta revista es sólo parte del entorno mundial de moda hoy en día. ¿Será?

Lo que sí es cierto es que sí he realizado pruebas corroborativas y análisis en el laboratorio que me han llevado a darme cuenta que en realidad sí hay algunas cosas fuera del contexto ortodoxo de la ciencia y la ingeniería y las cuales no pueden ser explicadas por el bagaje de leyes y teorías hasta ahora aceptadas.

Los ejemplos han sido numerosos. En el artículo De por qué hacer esta revista, en noviembre de 2004, te contaba yo de una celda electrolítica y los resultados que obtuve con ella. En esta ocasión te puedo contar también acerca del último descubrimiento que he realizado y el cual, inclusive, lo llevé al mercado en forma de producto terminado. Se trata de un sistema de calentamiento de agua usando elementos térmicos eléctricos. Nada fuera de lo común...aparentemente.

Ese método de calentamiento de agua es muy usado por mucha gente desde hace mucho tiempo. El proyecto de investigación lo comencé tratando de diseñar un sistema de enfriamiento por absorción-difusión. Debido a que ese tipo de sistemas de bombeo térmico usa una fuente de calor para lograr realizar su trabajo, me ví en la necesidad de diseñar también un sistema de calentamiento. El sistema del que te hablo parece ser muy sencillo en su estructura. Es en realidad muy simple. Te puedes imaginar un tubo de aleaciones de cobre de aproximadamente unos cinco centímetros de diámetro por unos cuarenta centímetros de largo. Dentro de ese tubo se encuentra colocado un elemento térmico que funciona con electricidad. El líquido a calentar se hace ingresar al cilindro de cobre por un extremo y se le hace salir por el extremo opuesto. Simple ¿no es así?.

Después de realizar algunas pruebas preliminares en mi laboratorio, pude medir una eficiencia térmica superior al cien por ciento. La eficiencia oscilaba entre 100% y 132%, dependiendo del caudal. Algo que me sorprendió mucho. Como buen laboratorista, el primer paso después de obtener estos resultados fue el de revisar mis cálculos térmicos. No encontré ningún error. Después revisé el procedimiento de prueba incluyendo las mediciones realizadas. Nada. Todo bien. Entonces decidí repetir la prueba entendiendo que quizá hubiera habido algun error en la recolección de datos y lecturas de los diferentes instrumentos. Nada. Todo en orden y además obtuve los mismos resultados. En ese momento, empecinado en encontrar el error, me comuniqué con mi amigo Prof. Ing. Gabriel Ernesto Pando Martinez jefe del laboratorio de mecánica del Instituto Tecnológico de Mexicali, México, para pedirle su ayuda en revisar mis cálculos. Los revisó y todo estaba bien. Luego acomedidamente se ofreció a ayudarme a repetir la prueba en el laboratorio del instituto intuyendo que seguramente la falla se encontraba en la calibración de los instrumentos que yo había usado en mi laboratorio. Así que ellos en el instituto diseñaron la prueba y la llevaron a cabo. Me permitieron estar presente sólo en calidad de observador. La prueba la diseñaron tomando dos conjuntos diferentes, pero paralelos, de lecturas y mediciones. Por ejemplo, la potencia la midieron con un voltímetro y un amperímetro pero también la midieron con un wattómetro. Pues bien, terminada la prueba, la cual duró varias horas, obtuve una copia de los datos recabados y me fuí a mi casa a compararlos con los datos que yo había obtenido en mi laboratorio. Lo mismo. De hecho, sorprendentemente casi idénticos resultados.

¿Estaba acaso ante un ejemplo de desempeño termodinámico anómalo sobreunitario? Después de librar una batalla mental contra mis propios conceptos llegué a la conclusión de que sí. Pero después de razonar detenidamente me llegué a convencer de que el efecto sobreunitario no lo es tanto debido a que se genere más energía de la que entra al sistema, sino más bien a la forma como realizamos nuestras mediciones y las constantes que usamos para convertir un tipo de energía a otro. En este caso, el calentador que menciono es aparentemente igual a muchos que hay en el mercado. Sin embargo tiene características especiales que lo hacen único y las cuales se fueron derivando de observaciones que realicé en el laboratorio durante las pruebas llevadas a cabo cuando se encontraba en fase de desarrollo. Una de esas características, por ejemplo, es el hecho de que el líquido en su interior debe siempre moverse a lo largo del tubo en sentido ascendente. Otra más es que el tubo siempre debe estar en posición vertical. Aún otra característica es la de que el interior del tubo debe estar pulido para reflejar la energía térmica radiante proveniente del elemento térmico. Durante las pruebas preliminares observé que la temperatura de salida era sensiblemente mayor cuando se tomaban en cuenta estas características que cuando no se hacía, pero sólo hasta que se realizaron las mediciones apropiadas fue cuando descubrí cuan eficiente era realmente.

Este caso es un ejemplo pequeño de un descubrimiento que sólo representa una pista para descubrir otras cosas de mayor importancia. Sin embargo, por pequeño que pueda ser este ejemplo, es enormemente representativo de la fragilidad de las leyes termodinámicas y de la necesidad que tenemos de revisarlas para que dejen de representar un obstáculo para alcanzar realizaciones más altas.

Tú que lees esta revista, pues, no tengas miedo de explorar. No es correcto pensar que todo está estudiado. Las nociones más enraizadas las puedes desenterrar al realizar el experimento más simple que pudieras llegar a imaginar. Pero eso nunca lo sabrás sino hasta que te atrevas a actuar.

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