Revista de Attos

Volúmen #26, julio/2006

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Immanuel Velikovsky

¿Dónde quedó el capital?

Por Attos


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Durante mucho tiempo pensé y firmemente creí que para hacer algo se necesitaba tener dinero. Llegué a estar seguro que para crear algo es imprescindible el tener capital. A donde quiera que volteara veía yo solo confirmaciones numerosas de esa convicción. Para cualquier cosa que se me ocurriera pensar hacer invariablemente había que tener dinero para poder hacerla. Esa idea llegó a ser, durante mucho tiempo, la idea alrededor de la cual giraba todo lo que sucedía, no solo en mi vida, sino en la de todas las personas que me rodeaban. Así que llegué a asumir que así debía ser para todas las personas en todas partes, aunque no me rodearan. ¿Te suena esto familiar?

Al transcurrir de la vida, sin embargo, fuí dándome cuenta que había algo que no encajaba en esa "aparente" realidad. Una de las cosas que comenzó a hacerme dudar acerca de la fidelidad de la interpretación que le estaba yo dando a la realidad que observaba fué el darme cuenta que no siempre había existido el capital. Y sin embargo, el desarrollo humano se ha dado de manera obvia con el paso del tiempo. Al darme cuenta de esto, razoné: si el capital es indispensable ahora, entonces ¿cómo le hacían las personas para obtener sus satisfactores en aquellos tiempos cuando el capital todavía no se inventaba? Continuando con mis razonamientos me dí cuenta que en aquellos tiempos lo que valía era, en el fondo de las cosas, el trabajo. Después de razonar esto me pregunté si acaso en el presente se sigue dando la misma situación, solo que ahora subyace en el fondo de lo que llamamos capital. Al tratar de responder esta pregunta no he podido encontrar una situación en toda la gama de la actividad humana que no caiga en esta descripción. Es decir, en el fondo de todas las actividades económicas del hombre, siempre aparece el trabajo como fuente inicial y perenne del capital, no al revés. El capital por sí mismo no puede generar nada. El capital es solo un algo que existe y a lo que le damos ese nombre porque adquiere un valor solo cuando le agregamos el trabajo de alguien. El trabajo por sí mismo, por el contrario, sí puede generar capital, y lo hace.

Pero no contento con darme cuenta de eso decidí indagar mas a fondo todavía. Si primero era el trabajo y luego el capital, y no al revés, entonces ahora la pregunta que surgió fué: ¿y que hay antes que el trabajo? En otras palabras, ¿por qué hay que trabajar? O dicho de otra forma: ¿qué es lo que le dá al trabajo el valor que tiene, cualquiera que este sea? Después de razonar nuevamente entendí que la razón de ser del trabajo, en todos los casos y sin excepción que yo haya podido encontrar, es la necesidad de un satisfactor. La necesidad!!! Pero antes de que comience yo a no darme a entender aclaremos un par de cosas. Por "valor" no me refiero al monto en dinero por el que se intercambia el trabajo, sino al tamaño de la utilidad que pueda tener una actividad de una persona. Por "necesidad" no me refiero a lo necesario que nos es trabajar para poder ganar dinero, sino a la medida en que es necesario, para otra persona, el que nosotros trabajemos. Por ejemplo, si yo voy con mi vecino, que por cierto es panadero, y me ofrezco a amasar la masa para el pan cuando él así lo necesite, desde ese momento mi actividad de amasar convierte en un trabajo, por el sencillo hecho de que alguien lo necesita. Alguien necesita que yo haga eso. Para alguien tiene un valor el que yo amase la masa de la panadería de mi vecino. Es esa necesidad la que convierte al hecho de que yo amase la masa en un trabajo. De otra forma no sería trabajo. Si nadie ocupara que yo amasara la masa entonces eso no sería trabajo. Sería un perfecto pasatiempo. Desde el momento en que estoy satisfaciendo una necesidad estoy dándole un valor a lo que hago. Entre mas grande sea la necesidad que estoy satisfaciendo, mas grande será el valor de lo que estoy haciendo, del trabajo que estoy realizando.

Por otra parte, la cantidad de cosas por las que yo intercambie lo que estoy haciendo es un asunto aparte y diferente. Puedo intercambiar mi trabajo de amasar la masa por dinero, o lo puedo intercambiar por una sonrisa de la hija del vecino, o por la simple y llana satisfacción de haberlo hecho. Aquello por lo que yo intercambie el trabajo que yo realice no está relacionado con el trabajo en sí, sino con otras cosas y situaciones distintas que bien y no necesitan estar relacionadas.

Así que, según mi corto entendimiento, primero es la necesidad, luego la identificación de un satisfactor, luego el trabajo que ha de crear ese satisfactor, y al último el satisfactor en sí. Realizar esta cadena de eventos iterativamente seguramente producirá progreso para aquellos que se incluyan en el ciclo. Pero, ¿dónde está el capital en esta cadena de eventos? Se los dejo de tarea.

Attos




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